Podríamos decir que la resiliencia es una capacidad intrínseca que posee la mayoría de las personas y que nos permite superar cualquier bache en el camino.
Resiliencia es la capacidad de superar situaciones adversas a las que nos tenemos que enfrentar en la vida y sobreponerse a ellas. Y no solo eso, también es la capacidad de salir fortalecidos al afrontar situaciones difíciles. Ante la pérdida de un ser querido, quedarse sin trabajo, una grave enfermedad u otras circunstancias adversas las personas reaccionamos de diferentes maneras.
Te voy a contar la historia del junco y el roble. El roble era un enorme y engreído árbol que menospreciaba al junco. Creía que a él nunca le pasaría nada malo. El junco estaba orgulloso de sí mismo, pero conocía sus limitaciones. Sabía que no siempre salía el sol y llovía lo suficiente. Un día llegó un tornado y mientras que el roble se oponía a la virulencia del aire con todo su vigor, el junco se plegaba. Tan fuerte era el tornado, que terminó arrancando el roble. Cuando llegó la calma, el junco se mantenía en pie porque no se opuso frontalmente a la enorme fuerza que les atacaba. Era flexible, se plegó y cuando el viento se calmó se fue enderezando y aprovechó la luz del sol para seguir creciendo.
¿Cómo lo hacen los que logran superar situaciones adversas? Aquí te explicamos en qué se basa la resiliencia y cómo lo hacen las personas que lo logran.
La mayoría de las personas tiene la capacidad de resiliencia. En el camino que recorremos en la vida puede haber baches y momentos difíciles que nos generarán mucho malestar psicológico.
Resiliencia no quiere decir que seamos de hierro y que los problemas no nos afecten. Al contrario; nos afectarán durante un tiempo. La muerte de un ser querido, enfermedades, pérdidas importantes de tipo financiero o situaciones traumáticas como un atentado nos provocarán sin duda emociones de tristeza, angustia, ansiedad o ira intensas, pero afrontarlas y sobrereponerse lo dará el tiempo y la resiliencia.
La vida sigue y podemos seguir sintiendo esas emociones o aprender de lo ocurrido y salir fortalecidos al ser capaces de superar situaciones adversas.
La resiliencia es una actitud. Ante nuevas circunstancias nos toca hacer una reestructuración de nuestro pensamiento, emociones, conductas. Reestructurar nuestro mundo, porque algo muy importante ha cambiado, ya no será igual.
No nacemos con esta capacidad. La resiliencia es algo que vamos aprendiendo a lo largo de la vida. Algunas personas tienen la suerte de tener modelos resilientes cerca, como los padres, de los cuales aprenden estrategias para serlo. Otros, en cambio, lo van aprendiendo de forma autodidacta o con ayuda. Cuando la vida nos pone a prueba tenemos la oportunidad de poner en práctica nuestras habilidades para superar los problemas.
A continuación te indicamos las principales características de las personas con resiliencia.
Saben cuáles son sus puntos fuertes y sus limitaciones. Así, se permiten fallar y aprender. Saben que siempre pueden mejorar y salir fortalecidos.
Todos interpretamos la realidad de un modo subjetivo, pero las personas con resiliencia saben relativizar y se ponen metas realistas, intentando sacar siempre la parte positiva. El sentido del humor es su gran aliado. Intentan ver el lado positivo y poner un punto de humor a sus propios problemas, lo cual ayuda a desdramatizar y a superar situaciones adversas.
No se cierran a los cambios, se adaptan. Cuando tienen unas metas, que por circunstancias, no se pueden llevar a cabo, saben cambiarlas o emprender otros proyectos.
Saben que no siempre tienen el viento a favor, pero no tiran la toalla. Siempre buscan la manera de seguir adelante. Siempre encuentran alguna motivación.
Saben centrarse en el presente, tomar conciencia del aquí y ahora. El pasado ya no existe y solo es importante en la medida en que nos puede impulsar hacia delante. Las personas con resiliencia aceptan las circunstancias tal y como se presentan. No tienen miedo al futuro. Viven el pasado como experiencia y el futuro con esperanza.
Las personas con resiliencia se valoran y se quieren por encima de todo. Por eso luchan por sentirse bien. Son conscientes de sus capacidades y saben que pueden mejorar, aprendiendo de los aciertos y de los errores. Confían en sí mismos y mayor capacidad de afrontar situaciones difíciles.
Saben que no es posible tener siempre todo bajo control, así que no lo sienten como una imperiosa necesidad. Por eso toleran mejor la frustración. La necesidad de tener todo bajo control genera muchos problemas de estrés y ansiedad. A veces las cosas son como son y no podemos influir sobre ellas.
Tener confidentes íntimos a los que contarles cómo nos sentimos es una de las mejores armas para superar circunstancias adversas de la vida. Las personas con resiliencia también son conscientes de que en determinados momentos necesitan ayuda profesional y la piden.
Quizá ya te hayas puesto a prueba y sepas que eres una persona con resiliencia. Este concepto tan importante en psicología es una habilidad que se puede aprender.
Permítete tener emociones negativas cuando has tenido que enfrentarte a circunstancias difíciles, pero la vida sigue y tú puedes sobreponerte y superarlo. No te centres solo en que desaparezca el malestar; mira más allá: construye. El cambio es parte de la vida.
Mantente esperanzado ante cualquier circunstancia, porque la esperanza nos permite avanzar. Si no sabes cómo afrontar situaciones difíciles o superar situaciones adversas y desarrollar la resiliencia puedes buscar ayuda psicológica aquí.