1. ¿En qué consiste?
  2. El experimento de Pavlov
  3. El experimento del pequeño Albert
  4. Conclusiones

En este artículo te explicamos qué es y en qué consiste el aprendizaje por asociación así como los primeros experimentos del conductismo: el experimento del perro de Pavlov y el experimento del pequeño Albert.

Qué es el aprendizaje por asociación

El aprendizaje por asociación se basa en asociar un estímulo neutro (que no produce ninguna respuesta en el individuo, en principio) con otro que resulte significativo para una persona o un animal con el fin de que provoque una respuesta parecida. A esto se le llama condicionamiento clásico y fue descubierto por Pavlov y luego fue desarrollado por Watson en mayor profundidad.

La capacidad de aprender de los seres humanos es ilimitada. Aprendemos desde que nacemos. Aprender consiste en la aparición de cambios relativamente estables en nuestra conducta o nuestra mente producidos mediante la experiencia.

Uno de los tipos fundamentales que nos hacen ser como somos es el aprendizaje por asociación.

Aprendemos conocimientos, conductas, formas de pensamiento, maneras de relacionarnos y hasta creencias. En esto tiene mucho que ver el aprendizaje por asociación.

Pavlov y el aprendizaje por asociación

Seguro que alguna vez has oído hablar del experimento del perro de Pavlov. Ivan Pavlov fue un fisiólogo y psicólogo ruso. En 1901 observó que los perros que utilizaba en sus experimentos salivaban ante la presencia de comida o de los propios experimentadores.

Así surgió el término “reflejo condicional”. Asociaron entonces el sonido de una campana a la comida que después le daban al  perro. Así que el animal empezó a salivar cuando sonaba la campana, incluso aunque después no le dieran la comida. Es un efecto psicológico, según el cual, el simple hecho de asociar algo con lo que luego va a ocurrir ya hace que tengamos respuestas emocionales, conductuales o fisiológicas.

El aprendizaje por asociación lo hacemos constantemente desde que nacemos y es muy valioso, porque nos ayuda a reaccionar a tiempo ante las situaciones, pero a veces hace mucho daño, ya que asociamos determinados estímulos a un malestar y ya comenzamos a sentirnos mal, aunque todavía no haya ocurrido nada o no llegue a ocurrir.

El pequeño Albert

Watson experimentó sobre el funcionamiento de la respuesta emocional de las personas. Tenía claro que el aprendizaje por asociación era válido para las emociones también y que se podían aprender mediante un proceso condicionado.

En 1920 quería probar cómo un bebé podía adquirir miedos mediante el aprendizaje por asociación, después trasladar estos miedos a otros estímulos. Para ello tomaron a un bebé de 8 meses llamado Albert y criado en un orfanato. Expusieron al niño a varios estímulos para comprobar ante cuál mostraba miedo.

Resultó que ni ante el fuego, ni ante los animales tenía miedo, pero sí reaccionó ante un golpe brusco con una barra metálica.

Comenzaron entonces el experimento. La idea era ver si podían influir en el niño para que temiera a distintos estímulos. El primero de ellos fue una rata blanca de laboratorio.

Al enseñarle la rata, el niño quiso alcanzarla y  la tocó. En ese momento golpearon la barra metálica para producir un sonido brusco. El niño se echó para atrás asustado. Lo volvieron a hacer una vez más y el niño comenzó a llorar.

En ese momento se había asociado mentalmente ya que, a partir de entonces, el pequeño Albert comenzaba a llorar cuando veía la rata, aunque no escuchara ningún ruido.

Watson quiso probar que el mecanismo que había hecho que el bebé temiera a la rata (a la que al principio no tenía miedo) era también transferible a otros estímulos. Cambiaron la rata por un conejo, luego por un perrito y luego por un abrigo de piel. Todos eran elementos peludos para que el niño pudiera asemejarlos con el tacto de la rata.

La conclusión fue que en todos ellos el niño acabó llorando, sin necesidad del ruido. Por tanto, finalmente el niño había desarrollado una fobia a los objetos o seres vivos blancos y peludos.

Conclusiones

A parte de la falta de ética en el experimento que se hizo con el pequeño Albert, este estudio y el de Pavlov son muy valiosos hoy en día.

Así se comenzó a fraguar el conductismo en psicología, teorías que han sido demostradas y en las que se basa el proceso de aprender.

En la actualidad se aplica en terapias para trastornos de ansiedad, en educación y en otros muchos ámbitos.

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